Ser madre viviendo en otro país

 

¿Eres mamá y vives en otro país? ¿Estás embarazada  y eres expat? ¿Eres madre y vives lejos de tu familia y amistades? Sí contestaste que sí a alguna de éstas preguntas, continúa leyendo nuestro artículo o escucha nuestro episodio sobre maternidad en el extranjero.

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Vivir la maternidad en el extranjero es un tema esencial y fuerte para cualquier expat.  A la ardua tarea de ser madre, se le suma el proceso de adaptación a una nueva cultura, clima, idioma y leyes.  Por lo mismo hablamos con nuestra destacada psicóloga; Irene del Valle, sobre los retos psicológicos y culturales que implica ser madre en otro país.

 

Desafíos que enfrentan las mujeres viviendo la maternidad en el extranjero

 

Hay que clarificar que los desafíos dependen de cada mujer;  si ya eran madres, si es la primera vez que lo son,  en qué momento de su experiencia migratoria se da la maternidad y del propio proceso de adaptación y duelo migratorio. También depende del estado emocional de la madre, y relacional de la pareja, etc.  Factores como el hecho de si fue planeado y deseado su embarazo, si llegó en un momento de estabilidad,  o si no fue planeado y genera cambios en los proyectos de pareja.

Sin embargo, hay desafíos comunes con respecto a la maternidad en el extranjero:

 

La distancia con familia y seres queridos

Muchas mujeres se sienten nostálgicas, tristes o frustradas de no poder compartir una experiencia vital tan importante como la maternidad, con sus familias y amigos. Y aunque algunas veces algún miembro o miembros de la familia de la expatriada pueden viajar para estar en el momento del parto y acompañarla los primeros meses, muchas otras veces no es posible.

Dentro de este desafío no solo está el propio dolor y la propia nostalgia, sino también el sufrimiento respecto al dolor de los otros, es decir, cuando la mujer se enfrenta al hecho de que su familia también se perderá de su hijo/a. Ellos no podrán disfrutar al bebé, más que en vacaciones, periodos cortos y tendrán que conformarse con una relación a distancia. Además el niño o niña cuando crezca, no tendrán la posibilidad de compartir y consolidar relaciones con sus primos y primas o con los hijos de amigos, etc.

 

 

Ser madre en otro idioma

La barrera del idioma puede añadir más complicaciones y preocupaciones a cualquier madre expatriada. No entender ni hacerse comprender en el nuevo entorno en el que vive, añadirá ansiedad, temor y  problemáticas añadidas que cualquier madre nativa de ese país no vivirá.

Una madre que vive en Sevilla, es angloparlante y llegó hace unos meses a España, presenta ansiedad y  falta de control. Cuando sus hijos se enfermaron y tuvo que ir al doctor. Se sentía insegura de no entender las indicaciones del doctor y de no poder transmitir claramente sus preocupaciones.

También se puede vivir la barrera del lenguaje a la hora de enseñar a los hijos a hablar, sobre todo cuando hay dos o tres idiomas de por medio.

Una mexicana casada con un francés pero residiendo en Canadá y con hijos, menciona que su estrategia es que cada quien le habla en su propio idioma y dejan que los niños en contextos sociales hablen en inglés. En su relación de pareja, ambos habían decidido y acordado aprender y hablar en el lenguaje del otro, pero como residían en un tercer país, sabían que los niños necesitaban hablar también inglés.

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Sensación de soledad o aislamiento

Otro desafío que varias madres expat viven es el incremento en la sensación de soledad o aislamiento.

Muchas se preguntan ¿Cómo le voy a hacer yo sola? Aquí influye mucho las idealizaciones y expectativas que se habían generado a lo largo del tiempo. Muchas mujeres se visualizaban a lado de sus madres y abuelas, aprendiendo de ellas a cuidar a su propio bebé. Y a la hora de estar al otro lado del mundo, muchas de estas expectativas se frustran, se ven imposibilitadas y  las enfrentan al hecho de que lo harán por su propia cuenta.

 

Cultura y socialización

Las formas de ser madre, varían de país en país, el estilo de cuidar a los hijos e involucrarse con ellos es distinto en cada cultura. A veces las mujeres expatriadas pueden sentir un choque cultural en cuanto a su forma de entender la maternidad y en cuanto a la forma que socialmente se valida el ser mamá, cuidar y educar en su país de residencia a diferencia de su país de origen.

 

Vulnerabilidad a sufrir crisis existenciales

Muchas situaciones vitales generan consciencia de la existencia (miedo a la muerte). La maternidad puede generar una conciencia de nuestra finitud y si a ello le sumamos el hecho de que vivimos en el extranjero, las madres expats pueden tener estos temores a flor de piel. Incluso pueden llegar a replantearse su sentido de vida en el extranjero

 

Revivir el duelo migratorio

Aunque la persona haya migrado hace años, esta nueva experiencia vital hace que la mujer extrañé la vida que dejó. A pesar de que la madre expat se ha acostumbrado a no compartir su día a día con su familia o a vivir bajo determinado clima. La maternidad despierta y la confronta de nuevo a estas pérdidas, ahora las vive por lo que su hijo o hija pierden o no podrán tener. Aunque la mujer ya se haya adaptado a su nuevo país, no es lo mismo adaptarse como adulta, que como madre y ahora estando al pendiente de las necesidades y servicios de un bebé.

 

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¿Qué implica que tu hijo crezca lejos de tu familia y de tu país de origen?

 

Implica entender que la identidad que tenga tu hijo o tu hija será diferente a la tuya. Pues crecerá lejos de tus orígenes y en un contexto social y cultural muy distinto al tuyo.

También significa que tendrás que hacer un mayor esfuerzo por ir y convivir con tu familia que se encuentra a kilómetros de distancia. Enfrentarse a los viajes, con los retos de viajar con un bebé o un niño.

Además, tendrás que lidiar con el peso que pone la familia, de vivir el embarazo y la maternidad de tu familia a lo lejos.  Y aprender a sobrellevar el desbalance que a veces se vive en la relaciones, al darte cuenta que tu pareja sí puede compartir la crianza de sus hijos con su familia y tú no.

 

¿Cómo sobrellevamos la  distancia con la familia  y el que nuestros hijos crezcan lejos de ellos?

 

La tecnología es nuestra gran aliada en este caso, porque podemos estar en contacto de manera instantánea y hacer visible lo que la otra persona no es capaz de ver de forma física.

Hay que hacer un uso positivo de redes sociales. Para una mamá expat, es una gran vía para compartir con su familia los momentos especiales de su embarazo, maternidad y las primeras veces de su bebé. Hacer video-llamadas puede hacer más cercana la relación. Las video-llamadas o llamadas por voz, también puede ayudar a las madres a recibir consejo de sus familiares para cuidados del bebé, así pueden hacerlo de una manera más personal.

Por otro lado, también puedes integrar rituales, tradiciones y costumbres de tu país para que tu hijo crezca con ese toque cultural de tu país de origen.

Por ejemplo, tener un calendario de festejos de tu país y enseñarle a celebrar esos días. Y en rituales más cotidianos como cumpleaños, festejar mezclando la cultura en la que está creciendo, la cultura de la madre expat y en caso de  estar en un tercer país. rituales o tradiciones del padre.

 

¿Cómo podemos transmitirle nuestra cultura e idioma a nuestros hijos?

 

Los niños aprenden jugando, es su manera de socializar,  entonces es importante utilizar materiales didácticos, y jugar en tu idioma natal. Incluir juegos, cuentos, juguetes que hablen de tu cultura o tu país.

Al momento de criar a uno o varios hijos en el exterior, se  recomienda negociar con la propia cultura, a fin de no influir totalmente en la identidad de los hijos.

Pensar y decidir qué cosas de la cultura de origen si es importante inculcar, cuales definitivamente no, y permitir que el niño vaya eligiendo lo que le gusta y lo que no.  Hay que tomar en cuenta que el niño debe adaptarse y cumplir ciertas reglas y normas sociales del país donde vive.

Es importante enseñar, pero sin forzar y dar libertad a que el niño o la niña,  incorpore las tradiciones  y rituales a su ritmo y a su gusto. Lo fundamental es que conozcan sus raíces, y al ser hijos de una familia multicultural, aprendan a amar y respetar sus diferentes contextos y fuentes de identidad.

 

Depresión posparto viviendo en el extranjero

 

La depresión post parto es más común de lo que se cree, pero el peso de la idealización de la maternidad hace que muchas mujeres la vivan con culpa, vergüenza y que la callen.

El embarazo conlleva no solo cambios fisiológicos y hormonales que tienen un impacto en el estado de ánimo de las mujeres, también conlleva cambios en cuanto al nivel de responsabilidad, de sentido de vida; a  nivel existencial, social, psicológico y de identidad.

Es transcendental buscar un espacio en dónde hablar de ello sin prejuicios y en donde la mujer se sienta segura para que pueda reorganizar su experiencia, manejar sus pensamientos, sus emociones, permitirse sentir la tristeza, la apatía, el desgano y poder soltarlo.

 

Consejos para sobrellevar  la maternidad y paternidad en el extranjero

 

Enfocarse en lo positivo

Para muchas personas vivir en el extranjero les permite hacer o ser quienes por mucho tiempo no se atrevieron o pudieron ser en sus países de origen, esto también puede suceder con la maternidad.  

Podrás ser la madre que quieras ser, lejos de la mirada crítica de las personas que han conformado tu núcleo más cercano. Cuando estás embarazada o vas a ser mamá, todo el mundo quiere darte su fórmula mágica y eso puede ser agobiante o cansado. Viviendo en el extranjero puedes ser mamá o papá y ejercer tu parentalidad sin opiniones y correcciones de seres cercanos. Puedes desechar los modelos o tradiciones familiares que no te gustan y que conocías hasta ahora. Incluso puedes ahorrarte cierta tensión con tus familiares.

 

Ampliar vivencia de parentalidad

La experiencia migratoria y estar con una pareja de otra cultura amplia nuestra visión de vida. El ser mamá o papá en el extranjero,  puede ampliar la vivencia de la parentalidad.

Por ejemplo:

Te permite integrar a tu modelo de crianza, aspectos del país de origen o del país de tu pareja que la complementan y la hacen más efectiva, al mismo tiempo se puede ser más creativo y flexible. El tener ambas culturas dentro de la relación, permite ampliar las expectativas parentales.

 

Facilitar tu integración con la otra cultura

Otra ventaja para las mamis y/o papis recién llegados al país extranjero, es un que bebé puede facilitar la integración y conocimiento del lugar. Un hijo requiere citas médicas, un sistema escolar, etc. Factores que te obligaran a relacionarte en nuevos espacios médicos, escolares y sociales. Espacios que te impulsarán y te motivarán a hablar el idioma o a conocer y relacionarte con personas en tu misma circunstancia, edad, etapa vital (maternidad). Si mantienes una postura de apertura, encontrarás con tu bebé, un nuevo sentido para acercarte y vincularte a tu nuevo país.

 

Une a tu pareja

Te une a tu pareja, pues comparten algo más, tal vez no sea el idioma, ni el país, ni la religión, pero este nuevo ser humano une sus vidas de manera trascendental.  Como pareja, se convierten en un equipo que ya no tiene que esforzarse ante las diferencias, ahora tienen una gran experiencia vital que comparten y que es de ustedes solamente.  Se ven obligados a resolver problemas juntos y a tomar decisiones conscientemente.

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Piensa en los beneficios de tu hijo expat y multicultural

Hay que pensar en todos los beneficios que tu hijo o hija tendrá al ser expat y formar parte de una familia multicultural:

Tu hija o hijo tendrá la oportunidad de conocer el mundo desde pequeño, podrá aprender más de un idioma (sin que te cueste un centavo) y podrá desarrollar una visión multicultural; respetuosa hacia diferentes culturas y en general hacia todos los seres humanos. Esa es una gran habilidad que desarrollan los niños que se han criado en la diversidad y en la multiculturalidad.

 

Busca apoyos en ésta nueva etapa

Busca grupos de apoyo e incluso blogs. Hay un grupo en Facebook  que se llama: “Criando un hijo multicultural” y  blogs como:  «Ababyabroad», que tienen contenidos fundamentales y buenísimos para tu nueva etapa.  Este tipo de contenidos y espacios ayudan mucho a normalizar tu experiencia,  al conocer a otras personas bajo tu misma circunstancia.

 

Debemos recordar que migrar y dar vida son dos vivencias que reconstruyen la identidad. Si ambas experiencias se viven a la par, es normal que necesites elaborar y procesar mental y emocionalmente tu visión de ti misma, de la vida, de la familia y de vivir en el extranjero . Pero eso siempre significa crecimiento y trascendencia. ¡No lo olvides!

 

Sobre Irene del Valle

Irene del Valle psicóloga

Es una destacada psicóloga, que colabora con Muy Intercultural. Ofrece psicoterapia integrativa con un enfoque multicultural, es decir;  trabaja en terapia individual con inmigrantes y expatriados, también con familias y parejas multiculturales,

Brinda sesiones online y presenciales y trabaja en inglés y en español , la pueden buscar en facebook y you tube como Mentes en Equilibrio.

Envíale un correo: mentesequilibrio@gmail.com.

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Maternidad en el extranjero
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